Con las piedras, el ingenio y sus manos, como únicos ingredientes, los villafranquinos hicieron cientos de kilómetros de paredes de piedra en seco, paredones, pasos, caminos empedrados, porteras, un millar de casetas, abrevaderos, pozos, fuentes, balsas, bancales, etc. Y por encima de todo, un millar de casetas, cobijo perfecto para resguardarse del agua y del...
Un poco de piedra en seco
